Los gases alimentarios son gases que se utilizan para diversas aplicaciones, como procesamiento, envasado, almacenamiento y transporte de alimentos. Estos gases cumplen con estándares y regulaciones específicas para garantizar su seguridad y aptitud para su uso en contacto con alimentos. Aquí hay algunos ejemplos de gases alimentarios comunes:
Dióxido de carbono (CO2): El dióxido de carbono se utiliza ampliamente en la industria alimentaria. Se utiliza para la carbonatación de bebidas gaseosas, como refrescos y cerveza. También se utiliza como agente de enfriamiento en aplicaciones de refrigeración y congelación de alimentos, ya que puede mantener una temperatura baja sin congelar los alimentos.
Nitrógeno (N2): El nitrógeno se utiliza en la industria alimentaria para una variedad de propósitos. Se utiliza como gas inerte para el envasado de alimentos en atmósferas modificadas, lo que ayuda a prolongar la vida útil de los productos al reducir la presencia de oxígeno. También se utiliza para purgar líneas de envasado y recipientes, eliminando el oxígeno y reduciendo el riesgo de oxidación y deterioro.
Oxígeno (O2): El oxígeno también se utiliza en la industria alimentaria, principalmente en aplicaciones de enriquecimiento de oxígeno. Se utiliza para mejorar la fermentación y el crecimiento de microorganismos beneficiosos en procesos de producción de alimentos, como la producción de levadura y la fermentación de vinos y cervezas. Gas nitroso (N2O): El gas nitroso se utiliza en aplicaciones de espumado y como agente propulsor en la industria alimentaria. Se utiliza en la producción de productos espumosos como cremas batidas, espumas de postre y productos horneados.